miércoles 17 de abril del 2019

Galván: “Ser figura del toreo es un objetivo muy a largo plazo, pero es una montaña que se forma granito a granito”


David Galván afrontará el próximo Domingo de Resurrección un importante compromiso de cara a su temporada. El torero gaditano llega a la primera plaza de toros del mundo con el objetivo de dejar de lado su condición de promesa y consolidar su candidatura a ser otro de los diestros capaces de reverdecer el escalafón. Su fuerza interior –a la que tanto se refiere– y su fe siempre han prevalecido por encima del dolor que las cornadas le han marcado.


Arrancar la temporada en Madrid, en la plaza de toros de Las Ventas, siempre supone un compromiso que suele quitaros el sueño. ¿Cómo se prepara la mente para una cita tan importante?

La cita merece toda la motivación y todo el compromiso por mi parte. Es cierto que a medida que se acerca la fecha las inquietudes van incrementando, aunque intento compensar esta situación con el entrenamiento del día a día, centrando mi concepto del toreo y lo que quiero expresar delante del toro y, aún más, siendo durante una tarde de tanto peso en la temporada de la plaza de toros de Las Ventas.

La ansiedad por arrancar una temporada con la idea inicial de asumir que este es tu año... ¿conlleva una responsabilidad añadida?

Mi ambición pasa por estar en los puestos de arriba de mi profesión. Ser figura del toreo es un objetivo muy a largo plazo, pero es una montaña que se forma granito a granito. El toreo es un misterio y, al final, este misterio hay que ir descubriéndolo poco a poco. También hay que darle tiempo para que se descubra solo. No podemos arrancar con la ansiedad de decir: “este es el año”. Tenemos que tener en cuenta muchos factores que no dependen enteramente de nosotros. De lo que depende de mí, no dudo: mi fuerza interior.

La pasada temporada fue muy intensa, con seis grandes triunfos en ocho festejos.

La del 2018 fue una temporada corta, pero en la que mantuvimos intacto el compromiso con la profesión y conmigo mismo. En cada una de las tardes. Cada toro y cada corrida es diferente y esa temporada ya forma parte de mi camino, de mi historia, y –si Dios quiere– queda mucho por seguir puliendo, por seguir cumpliendo sueños y metas. ¿Quién me iba a decir entonces que de la primera corrida de la temporada iba a ser un Domingo de Resurrección en Madrid? Por eso la estamos preparando como una de las tardes más importantes de mi carrera y, sobre todo, con la motivación de estar acartelado una de mis fechas predilectas en Madrid: un Domingo de Resurrección.

Además, fue una temporada en la que pudo triunfar con rotundidad en Los Barrios (Cádiz) precisamente con una corrida de ‘El Torero’.

Fue una tarde muy bonita en la que pude pasear cuatro orejas de una corrida de ‘El Torero’. Tengo un vínculo muy especial con esta ganadería que siempre me ha abierto las puertas con cariño y con exquisita atención. Al margen del factor numérico priman sobre todo las sensaciones. Me haría mucha ilusión que se consolidara un binomio bonito entre la ganadería y el torero. Está claro que si te anuncias con una corrida con la que ya tienes algún precedente o con la que ya has vivido buenas sensaciones es un factor positivo. Tenemos que ser cautos porque al final cada tarde es una historia nueva. 

Si hablamos del cartel para esta tarde, no podemos obviar que la juventud que impera es un aliciente muy significativo.

Es un cartel bonito, tanto desde el punto de vista del torero como del aficionado. Es un cartel que me hace ilusión porque estaré al lado de compañeros a los que admiro. Dos toreros que tienen un concepto con el que me siento identificado. Aunque está claro: cada uno tiene sus armas, sus dos toros, para expresar su personalidad. Somos tres toreros con la ambición de conseguir metas altas, con conceptos clásicos basados en los cánones del toreo y, sobre todo, con personalidad diferente. Somos tres toreros a los que nos gusta el toreo clásico, con toda su pureza, pero que intentamos reflejarlo con personalidades distintas. La juventud que impera en el cartel es un aliciente muy bonito.

Volverá a Las Ventas. Ya por San Isidro. Otra tarde que a buen seguro ya tendrá marcada en rojo en su calendario.

Si Dios quiere volveremos a Las Ventas el día 16 de junio para lidiar una corrida de Valdefresno y Fraile Mazas junto con Juan Ortega y Joaquín Galdós. Estar en San Isidro ya es un acontecimiento para mí como torero pero, sin lugar a dudas, es un privilegio pisar ese ruedo durante la feria más importante del ámbito taurino. Poder hacerlo con una ganadería como Valdefresno y Fraile Mazas también me reporta una especial ilusión porque es una ganadería con la que se han fraguado triunfos muy importantes.